Aprovecho este descanso tendido en la escritura mientras escucho pupilas lejanas.
Acabas de ejecutar un cambio que determina tus hombros. Ahora tu pelo es corto, ya no hay vuelta atrás. Te sientes renovada, el estilo es tu forma. Consigues reinventarte en decisiones. Suprimiste la ansiedad, aniquilaste la inercia. Escapista espontanea, pasajera con destino a la estación esperanza. Artesana de una nueva sonrisa. One step beyond.
Yo estoy en otro cuadro cantando Merry Blues. Naufrago en el crucero del amor, aferrado con mis manos a las velas del pasado. Is this love that I’m fellin’. Mis recuerdos jugando a la nostalgia. Tu non hai capito niente. Abrumado en la rima de Alton Ellis. Dispuesto a encontrar la orilla he dado el primer paso. I got to know, I’m willing and able. Salir de la profundidad y respirar a flote. Momento de recorrer tus ojos. Despacio. Sé que quieres hablarme. Tú. Rescatista voluntaria, capitana de otro barco, te expresas con señales. Rudy a message to you. Acto de lectura, mapa para entender tu corte.
Despierta, el agua absorbe con rapidez tu reflejo. Moverse es soltar el ancla en derecho propio, reducir volumen, balancear las cargas. Stop that train I'm leavin'. Memoria se llama mi tarro de conserva. Ninguna encontrara tus marcas, vulgar es atreverse a comparar tus labios. Now you move it to the left and you go for yourself. Acuerdo para nadar sin restricciones, trazar la ruta del próximo crucero. La vie ne s’arrête pas aux frontières.
Prometimos la distancia para ser felices. Compartimos el proyecto de nosotros mismos, diseñamos el tratado de mejoras. Principio es tener coraje, continuar la cuestión inacabada. Aventarse en la marea sin rencores, celebrar la primavera funk. Disfrutar con calma el postre, post break-up sex.
Es grato contemplar desde el faro mi regreso a Guayaquil. Aliviador
desembarco sobre los bordes del río Guayas, luego de una temporada de
enajenado trabajo en los laboratorios de islas Galápagos. Como director, me
complace dar por terminada la primera etapa del proyecto de investigación biogenética
antidarwinista. Como parte del equipo, a partir de la próxima semana, radicados
en Brasilia, nos concentraremos en la elaboración del informe.
Cumplido nuestro primer objetivo, hemos conseguido patentar la clonación en cinco
variedades de semillas marinas a partir de la extracción de su material genético. La
praxis es la síntesis de nuestra ejecución teórica. Concebimos la evolución, como el gen que se encarga de superar estados emocionales, positivos, negativos y neutrales. Cadena de
cromosomas anímicos, relacionados entre sí, con caracteres individuales y colectivos,
que contribuyen a la duración mortal de cada uno de los mapas genéticos.
De las cartografías a nivel vegetativo obtuvimos liberar el genotipo encargado de la evolución. Como hemos procedido primero en plantas con el fin de inmunizarlas, no nos es posible comprobar si al suprimir él gen en animales o seres humanos, podamos
producir copias idiotizadas sin contenido emocional. Ensayaremos con flamingosde forma agresiva en la segunda etapa.
El proyecto paga bien, tanto en ingresos como en hipótesis. Quizás por ello, con respetada envidia, darwinistas y teólogos califican
nuestra obra de justicia tirana, fantasía desquiciada y hasta osan de nombrarla
vil deshonra del mundo. Anticipados prejuicios, técnicamente improbables.
Desconosco la exactitud de la distancia que me sepera de Galápagos. Principio en toda lejanía, archipiélago fértil, donde
el aire despierta con suavidad al mar. Oasis de biodiversidad que supera en
mucho su fama, recuerdos que me pierden en saudade (nota al margen: palabra sin traducción).
Nos instalamos en el bunker de Santa Cruz, cercano a la estación científica
del puerto Ayora. Dormíamos poco, pues las labores nos quitaban la mayor parte
del tiempo. Cuatro días a la semana dedicábamos a recoger muestras en otras
islas. Para
organizar mis jornadas, solía despertarme a correr descalzo por Tortuga Bay. Las noches libres me
refugiaba en los libros, en especial ojeaba clásicos de terror,
tentaciones aberrantes producidas con ayuda de la ciencia.
Poco a poco, comence a ceder a la rutina de las islas. En la
desenfrenada observación constante cai obsesionado por maquinar mi evolución. El humor en los laboratorios logro apaciguar esos actos de egoísmo que quisieron
despertar mis pasiones. Mordedura invisble de conciencia, proyecto real de supervivencia. Conspiración para liberar el gen de mis emociones, negárselas a un yo vacio.
Preveo al finalizar la próxima etapa, alcanzaré a manipular los deseos de mi propia imágen,
para que sean sus manos las que dirijan la siguiente bitácora.
Aprobando los recursos, las
siguientes consideraciones tocan música de fondo.
Es para mí reconfortante degustar los sonidos de Skatalites. Quizás, por la frecuencia con que sus canciones
se escuchan en mis jornadas, emociono ante cualquier posibilidad de verlos en
vivo. He tenido la sensación de concretar este deseo al compartir tres de sus
recitales, sucesos puntuales que escribo para no olvidar.
Nuestro primer encuentro fue en
la celebración de los diez años del festival Rock al Parque 2004. Clausurando ese domingo de octubre el
escenario lago del parque Simón Bolívar. Verdadera cancha de barro repleta de
caras que aguardaban el destino de una noticia anticipada. Después de aguantar
una larga fila, logré pisar esa cancha mientras los Auténticos Decadentes sonaban. Faltaban horas para verlos, mi
estado fue de ansiedad constante. Me uní al frenético pogo que se formaba en un
círculo del centro, terapia ideal de grupo, perfecta para relajarme. Llego la
caída de la tarde con los Coffe
Makers, quienes literalmente
encendieron las luces en la suavidad del rocksteady.
Vinieron otras propuestas, la música se hizo noche, Bogotá fría con el cielo
despejado en el parque. Presintiendo el despertar de un sueño, la espera rompió
en la voz del fallecido contrabajista Lyod
Brevvet anunciando la cuenta regresiva en inglés. ¡Boom! Una explosión de autentico ska despegó como un cohete folclorico. Material instrumental reivindicando un ritmo, memoria de identidad cultural individual-colectiva. Bailaba en la rapidez que impedía detenerse a interpretar
lo que estaba sucediendo. Contemplando la totalidad de almas que desprendían la
energía del disfrute, concluyó revelada la simpleza de un truco: ska is a serious thing. Y en
la ejecución circular del paraiso terrenal dantesco, la cuenta regresiva repetía
para el cierre...Zero.
Tan solo dos años pasaron para
sentir la fortuna de encontrarlos de nuevo.
Esta vez, fue en un café de Paris, muy cerca a la capilla del Sacre Coeur. Gustando Desperados
en la barra ojeaba el magazine de circulación gratuita con la lista de
eventos musicales del mes de junio. En una de sus páginas se anunciaba Skatalites,
fecha única el doce, Cabaret Sauvage.
Desprendí la hoja para cargarla en mi bolsillo, debía retener las coordenadas
de aquel acertado nombre. Un recinto pequeño en forma interior de circo, ideal
para recitales, perfecto para una propuesta de ska más instrumental que de
voces. En la cómodidad de aquella intimidad que
ofrece la música en microscópicos locales, la cuenta regresiva la dio el teclista en
francés. Placentero sentimiento al
suceder aquel momentum de ska
jamaicano musicalmente salvaje. Los representantes del Alpha Boy School tocaron desahogadamente alargando las últimas
notas, acertados solos de saxos, trombón y trompeta. Jam en medio de algunos temas y en el principio de Confucious la voz del saxo
alto Lester “Ska” Sterlling tomó el
micrófono: Well, let me tell you
something… I’m fall in love with you Paris. Aquel gesto desprendió la euforia en júbilo
rojo, descarga de sonidos de libertad aumentaron el baile, la guitarra rasgando cuerdas, tempo in crescendo, la batería proponiendo el beat, los pies moviendo sus raíces para
desprenderse del suelo. Merci beaucoup
entre la llamarada de aplausos. À bientôt
Paris.
Cabaret Sauvage. Lundi 12 Juin. 2006. Photo: El Capitán
Cinco años después de pisar por
primera vez sus recitales, mi historia de vida repetia un rencuentro en la
ciudad de Bogotá. Fue, en el Teatro
Metropol, un concierto entre amigos. Terminado el warm
up el aviso apareció en el escenario introducido por la nueva integrante cubana
en los teclados, quien procedió al conteo: diez, nueve, ocho…cero. Una inmensa
bola de fuego condujo el repertorio
repasando sus 35 años de carrera. El
aire sucumbió al carnaval. Artistas felices tocaron con sentimiento. Interpretando
a Don Drummond pasaron por Man in the Street,
también sonó un medley. Supremo valor
en las secciones de viento, usaron efectos digitales para reducir los tiempos
del dub. Turno de Ska fort rock, un auditorio que coreaba al unisono. Pausas para tomar un aire, todos en el
teatro querían seguir bailando. Los instrumentos no pararon, la entrega del público tampoco. Subitamente, Doreen
Shaffer apareció en escena con la nostalgia de un romántico repertorio vocal sellado en la
reflexión de You wondering now. Articulada concentración de imágenes. El viaje a la utopía de Skafrica regreso al punto de partida desde la estación inicial, Freedoom Sounds.
El cuarto domingo de enero Martín
entreabrió sus ojos cansado de repasar fotografías mentales de la sonrisa de
Alicia. Estiró su mano derecha para buscar inútilmente algo de líquido en su
mesa de noche. Se dirigió a la cocina, bebió del grifo un largo vaso de agua.
Ni siquiera la descarga de adrenalina en la larga luna anterior produjó eliminar aquellas imágenes de deseo y nostalgia. Aturdido de resaca se dirigió
al espejo del baño, pasó su mano por su rostro recapitulando breves flash backs de las horas preliminares. Determinó afeitarse permaneciendo su rubio bigote. Recorrida la fría ducha,
preparo café. Mientras ordenaba la cama se acomodo su remera. Encendió el
computador, inició el disco de temporada: Benny
More – Si me dejas. Avanzó hacia el marco del ventanal, retiró a un lado el trípode
para ver con claridad en dirección hacia abajo. Bicicletas miniaturas, damas con bolsas de
mercado, kioscos cerrados, fútbol en canchas improvisadas del parque, tráfico
fantasmal. Fritó unos huevos, saco la tocineta del horno, sirvió con naranjas
de caja. De nuevo aparecieron daguerrotipos de esa sonrisa moviéndose desnuda, agitando
su cabeza en no, escupió la pasta de dientes decidido a ejecutar domingo,
destrozar el tedio de su residencia. Tomó llaves, gafas de sol, cámara, y un pork-pie hat de ala corta antes de verificar
pesos en sus bolsillos. Ajustó la puerta, se retó a las escaleras desde el
doceavo piso.
Afuera, la seriedad del sol
calentaba las pisadas. Buscó cubrirse en la sombra de un roble contiguo a la
parada. Prefirió el penúltimo asiento para disfrutar el recorrido. Sonidos de
motor acompañaban el meditar de Martín en la avanzada bebiendo litros de agua. Al
paso por la entrada del zoológico regresó a ella en figuras de sensuales labios.
Descendió del colectivo en la plaza de mayo espantando a un grupo de palomas
que volaban la independencia. Rostros de turistas y locales salían de las
estaciones del subte para tomar descenso por la calle de la defensa. Se unió a
la marcha. Dos cuadras antes de la parte peatonal adoquinada comenzó a sentir
la fiesta. Guitarras y violines en rápidos jazz acompañaban el ritual de Martín
por capturar fotos. Telas de artesanos extendían sus productos, verdes
sombrillas al aire libre, magos exponiendo trucos, busking, locales repletos de vajillas de plata y bronce, lámparas de
arácnidas formas, estatuas vivientes. Se cruzó de frente con la comparsa de
platillos y tamboras que estallo en vivas murgas. Ingresó en un viejo almacén
para alejarse del bullicio apaciguando su resaca. Adentro, centenares de
relojes de formas y tamaños posaban desiguales en el tiempo. Un anciano
anticuario de tirantes, blanca barba y gorra de marinero le salió al encuentro.
-Buen día, ¿puedo ayudar en algo?
-Disculpe mi curiosidad ¿Es ústed coleccionista
del tiempo?
-No siento que se trate de coleccionar el tiempo. Cada reloj
que ústed ve aquí es un amor, cada segundo una mujer. Pero con mi esposa no
solo intercambiamos, vendemos y reparamos relojes, lo invito a que también
observe los productos que están en las vitrinas.
-¿Le molestaría que tomara algunas fotos?
-En absoluto, con la condición que regrese para
regalarnos las mejores.
-¡Es un trato!
Martín se aproximó a un largo
estante en caoba y tapiz rojo que reposaba en la pared del fondo. Con la
lentitud de museo exploro entradas a recitales, hileras de estampillas,
panorámicas de las Malvinas a blanco y negro, billetes de distintas épocas.
Arregló unos ángulos que capturó antes de abandonar la tienda. Se acomodó sus lentes oscuros y sombrero. En la calle, casas coloniales de cortos balcones eran
camufladas por altos edificios. Por el suelo, una hilera de ofertas repartidas de longitud
indescifrable. A cuadra y media de plaza Dorrego se encontró con Ciudad Baigón, un colectivo de músicos
porteños que a partir del bandoneón iniciaban el performance de innovadores tangos. Se acordó de las canciones que
tanto disfrutaba en la clandestinidad con Alicia. Sucumbió en recuerdos a
medida que la orquesta tocaba. Mirada fija, ojos color fuego, la prohibición
para acercar los labios, los eufóricos besos. Reaccionó ante el círculo de
aplausos decidiendo apartarse de las irónicas notas para seguir caminando. En
un largo tapete hizo una pausa para observar libros, repasó la antología de la
poesía de Borges que lo entretenían más que sus cuentos, detalló las grandes ilustraciones
que encomendó Lewis Carroll a Sir John Tenniel’s en Through the looking glass. En los costados, pintores de diferentes escuelas
ofrecían sus cuadros, figuras de cerámica de variados tamaños, baúles,
bombillas para el mate, street art. Se detuvo en una venta ambulante de vinilos. El hábito
de buscar por buscar lo retribuyó al descubrir en la etiqueta de clásicos el álbum Pampas Reggae. Analizando la caratula pidió probar el lado B en un
conservado gramófono. Lleno de energía al terminar el primer tema dio las
gracias, optó por fotografiar en vez de negociar.
Alcanzando la esquina de Dorrego
creyó ver a Alicia justo en la mitad de las parejas que bailaban la milonga. Prefirió
no acercarse, continuar inadvertido para evitar concretar cualquier sospecha. Abandonó la plaza en zigzag entre la gente.
Avanzó varios metros, aumentó el ritmo de sus pasos, apretó contra su pecho cámara
y sombrero, comenzó a correr. Quiso fugarse sin rumbo de aquel barrio, dejar de
nombrar instantes del pasado en cada rincón. Su resaca lo obligó a detenerse en la grama
del parque Lezama. Apoyandose sobre una palmera, la fecha del juicio de
Alicia se hizó inminente. Martín juez, ponderó los beneficios y las desventajas
de haber cortado con ella hacía ya dos meses. Escuchó la soledad testimonial sintiéndose
afecto al deleitarse en su propia imagen.
Reconoció la angustia de dejar unos labios que lo habían acompañado por
años. Atravesó la sensación de absoluta incertidumbre, por lo demás incomoda,
de recomenzar su propia historia para forzarse a mejorarla. Tomar nuevas fotos,
aquietar su corazón, no repetir errores, amar nuevas mujeres, romper duelo, keep on moving. Cultivar la buena memoria, luchar en la marea del olvido, como los marineros
hacen al batallar contra el fuego de San Telmo para encontrar la calma. Concluyó
por aceptar las pruebas del proceso natural del rompimiento. Decidido a cumplir
la sentencia que interpretó tarde unos hechos, Martín antiguo segundo amante, se
alejó de aquel barrio distanciando la silueta de la sonrisa de Alicia, su
profesora de piano.
En cada unidad
entrar hacia la ducha con radio-musical se hace distinto, venas heterogéneas de
desiguales ritos, pies y formas. Mezclas de agua y sonido,
pedazos de vida, juego de componentes sutiles.
La regadera es parte fundamental en esta orquesta, trazada industrial de múltiples grafías. Trama de aguados
aplausos, masajista silenciosa, armario de temperaturas, esponjilla de repasos
mentales. Telón de tuberías que después de
la pared se esconden. Simulador de lluvias, cargador de energías, proceso
gradual por sanitaria independencia. Art-deco, idea de Hitch-cock,
pintura de vanguardia. Llave administradora de recursos, club de reanimación, localidad
de oscuros crímenes, táctica de supervivencia. Deber pos deportivo, uso
obligatorio en las piscinas, precio de múltiples casas. Práctica
grecorromana implementada por un medico francés para el aseo de
prisioneros en Haute-Normandie. Pariente lejano de arroyos, familiar de los canales. Acción y sustantivo. Cabina distinguible
individualmente, cerrojo voyerista, casino de accidentes. Cascada manual de júbilos, acuerdo mutuo de parejas. Filosofía indocumentada,
ejercicio de natación corporal, novedad prohibida en los buses. Teatro de composición sexual. Área sospechosa para
quedarse dormido, micrófono fabulado, codiciada serpiente acuática, necesidad secundaria en viajes. Cuarto de lágrimas, sugerencia anti-bacterial medica, habitación
importante, perímetro de alianzas, figura espinosa
para interpretar sueños.
Desentrañar la sensación de mantial descenso para que lo material-corporal con el agua descanse ¡Gran invitación! Anarquista liberación de piel, quitarse los trazos de las horas, acompañar con jabón, pensar en nimiedades por alguna razón relevantes, remover impurezas, componer la ruta, idear un cambio, visualizar comidas futuras, juagar, respetar el cuerpo, hidratar el alma. Tic, la última gota se fue por el desagüe.
Espacio extraordinario en círculos
sonoros. El oído en presencia constante, la furia instintiva del agua, manos a la cara frotando un rostro, la puerta, el silencio.
Procuro invitar a la música a que me acompañe. Ser el director de la orquesta, darle
uso a los parlantes, programar la función, editar la propia imagen, iniciar
canciones, decidir el próximo track,
sorprender con un tema, cambiar artistas por semanas. Satisfacer la
autonomía, componer los días. También, la radiodifusión como instrumento ayuda.
Adictivo informante, primogenito portátil, dinámica para buscar frecuencias, jazz y película de Mr. Allen. Psiquiatra de conductores, trasmisor
de señales y mensajes, variedad en géneros periodísticos,inmortal lenguaje, mesa redonda de subjetivos puntos de vista, kriminal discursode los Cadillacs. Producto nacional de emisoras, tecnología globalizada de la comunicación, placer insospechado por quitar la máscara de los secretos
tranquilos.
Festejo al poder ingresar a la ducha con sinfonías. Actividad lenta o apresurada. Despertador de músculos y articulaciones, alivio
lumbar. Preparador instrumental depurador de gérmenes, bienestar inmediato, sereno estimulante de defensas, pedal del metabolismo, productor de confianza, reflexivo hidromasaje . Singin’ in the rain. Meditación lunar,
recompensa excepcional después de una jornada, impulsos de sonido
original. Ventanal apertura de estrellas para bañar la noche cuando la orquesta compone melodias del agua.
Nuquí:
paraíso imperial donde las aguas del mar pacífico la arena tocan, refugio de
descanso de ballenas jorobadas, ángulo de mixturas culturales, asilo de
tortugas, sociedad organizada de pescadores, portal de gastronomía exquisita,
destino migratorio en tiempos de fiebre del caucho. Mirador hacia las
aves, amplificador de imprevisibles olas, conjunto selvático de biodiversidad
sonora. Región explosiva en colores, fauna interoceánica-terrestre de agudos
lamentos que melancolías cantan. Acuarela de espíritualidad, afrocolombianidad y
emberas. Golpes de chirimías emocionan las parrandas. Bosque húmedo tropical acapara la frontera de neblina en las últimas casas
como queriendo abrazarlas. Vertientes de numerosos ríos fluyen desde las
espaldas que bordean aquella frontera para desahogar sus arterias en la
desembocadura del mar. Latidos de vientos fuertes hacen enloquecer frondosos árboles e inclinan las palmeras.
De acuerdo
con el mapa de ruta hacia el sur se encuentra la playa Conqui, apetecida por surfistas que hablan de leyendas sobre Pela Pela, Pico de Loro y el Derrumbe.
Al norte, la belleza se extiende por Bahía Solano y el Parque Nacional de Utría.
A mediodía, la busqueda de las canoas que se alejan de los puertos: el océano.
Mapa de ruta nuquípacífico.com
Aterrizaje: veintisiete de diciembre con mis padres y hermana, primitiva pista empolvada.
Salida: desde la gran Quibdó. Llegada a la cabecera municipal de calles sin
autos, transito de bicicletas y pies. Casas con mecedoras afuera. Tribus de ecoturistas. Habitación en madera
con vista hacia la playa, hamaca extendida en un balcón, cama doble más dos
sencillas cubiertas por mosqueteros, sillas al aire libre instaladas a
propósito para disfrutar del paisaje.
Memorable
ayer: distribuidos en familia a lo ancho del balcón leíamos individualmente,
cada quien concentrado en lo suyo. Súbitamente apareció el marcador inolvidable
de un nuevo mapa. Me dedicaba a rellenar un crucigrama cuando una caravana de
música pasó a nuestros ojos. Colombia celebraba el día de los inocentes,
tradición compartida por otros países, cristiana conmemoración de una masacre.
Implacable juego de bromas donde toda intención moral se libera para permitir
mofarse del otro. Contar una noticia posible pero mentirosa. Esa
festividad aquí parece tan distinta como para mi atípica. Las entusiastas trompetas y
platillos que orquestaban la fiesta precedían una corte de artistas que en la
parte de atrás dramatizaban. Una procesión de funeral simulado se sometía
a la acción, mientras tanto, la parodia compartía la botella de un no ficticio
licor de color destilado. La broma estaba allí, era una respetada mofa al
momento fatalindeseado de encontrar
la muerte. Retador universal de la alegría, maquina de irrenunciables
pensamientos, antítesis de la felicidad que en este lugar la apodaron vida. Decidimos
unirnos familiarmente al festejo, seguir la expresión artística de
afrodescendientes voces, paradoja material del exodo involuntario proveniente del África
impregnado de otros ritos, notas solemnes de tamborinos
y bullerenges. Mis padres de la mano
recibían la botella con la invitación al sancocho de remate. La noche se hizo en fogata a la sazón de la comida, las casas sacaron los parlantes, caras compartiendo
cena, manos en las tamboras, había comenzado a la parranda.
Juana tengo
en mi memoria, Aee ay Juana
Como que me
mientan la gloria, Aee ay Juana
La perdiz
se enamoró.
De los
huevos e’ la torca, Aee ay Juana
Satisfacciones perciben el humor de nueva mañana. Los rayos del sol se ocultan en la panorámica lluvia, pintura geográfica irrepetible.
Persiste mi residencia en esta bahía, ella me ha conquistado, yo no
la he conquistado a ella, y que extraño pero que bien se siente estar enajenado
por lugares. Símbolos del desvelo causado por la luna que reposó
de ayer en la invencible hamaca.
Fue en Bogotá, donde surgió el
anglicanismo lugar del Park Way en parte
de la avenida veinticuatro entre calles 36 y 45. Ruta trasversal insignia de la
localidad de Teusaquillo en el corazón del creativo Barrio la Soledad. Mediana recta que propone alternativas para emprender otras vías. En sentido amplio un parque, en sentido estricto un sendero. Oasis de intersecciones encubierto por la naturalistica grama. Composición de bancas horizontales para la instrucción de desajustar miradas. Pulmón de urapanes empinados que alineadamente resisten a los años. Tiempo libre de mascotas, espacio de debates, protagonista pasivo de telenovelas, gimnasio
al aire libre, zona potencial de consumo de helados. Travesía de infantiles momentos, portada de revistas, longitud
precursora de diálogos, recorrido ideal de bicicletas con especial frecuencia
los domingos. Punto de encuentros, frontera de otros barrios, recurso
instrumental de fotografías urbanas, maratonica calzada, pluralidad de baldosas de adobe colocadas en forma de mosaicos,
sitio inspirador de crónicas, telegrama sentimental. Destino de frecuentes visitas
porque la reflexión reconforta, el gusto ocupa, el tacto amolda, la vista
acostumbra, el olfato prepara.
Puerta del tiempo a construcciones
de anteriores épocas, cafés en los cincuenta colocando vinilos trastos,
edificios de urbe en los setenta, ventanas del presente que reflejan luminosamente muebles habitados. Colectivo individual expresado en imágenes.
Panorama percibido. Captura de
muchos rastros y escasos rostros. Expresión de principios urbanos postguerra. Bulevar de conciencia.Singular camino de plurales viajes. Guía de los
rumbos hacia varios domicilios. Modalidad de lo visible. Hábito por descifrar composiciones territoriales, proyecto desarticulado de metrópoli.
NOCHE
Ha sido Bogotá precursora de este radiante sendero que muta su ambiente después de las seis de la tarde, cuando en la ciudad se aproxima la noche. Ruta moldeada en ladrillo de asistentes farolas, epicentro de informales reuniones, principio y final de relaciones, paisaje utilizado
en cuadros, receptor de luces de autos, escenario de exitosa película aun por
realizarse, fragmento de descanso de palomas, participante activo de primeros
besos, vecino de supermercado que culmina sus horarios, caminata
no obligada de turistas, cortina de fondo de noticiero, paseo nocturno de
mascotas, ejercicio de observación geográfica, sombra de múltiples sombras, argumento
sobre instantes que en igual área no se repiten. Luna de negocios logrando emprenderse, otros tantos que inevitablemente fracasan. Centro de debate
equinoccial sobre el problema de las raíces de los viejos arboles. Patrimonio urbanistico. Coloquio
obligado de taxis después de la medianoche. Bancos cerrados que no se inmutan
con el frio. Brazada de escasos semáforos las veinticuatro horas. Proyección de un trayecto vigilado con impotencia por estatua de conquista abandonada. Alborada de iniciativas culturales. Cancha
de pequeños partidos de fútbol conservados, pasto de variedad en deportes,
donde la música se hace practica.
Fortaleza custodiada por familias, seres que residen solos, acuerdo mutuo de parejas, amistades que conviven, personas que alli amanecen, partisanos de estrellas, pregoneros de periodicos, la suerte de los que por
destino del licor de sus bancas se levantan, de quienes postulan voluntades de
matrimonio, en la lluvia se enteran de embarazos, deciden algún viaje. Corte de
luces nocturnas que augura el nuevo día al finalizar sus labores, atesorando
la belleza transformada en lenguaje del que deriva el verso para conquistar
con palabras. El resto del Park Way es silencio.
Regreso a la emoción de disfrutar obras representadas a través del teatro guiñol cuando las funciones se roban mis aplausos. Aquel recuadro de proporciones humanas oculta a quienes curiosos prefieren
desdoblarse en personajes que salen de la parte superior del marco a ejecutar
una historia. El secreto es obvio pero los confeccionistas se obligan a evitar ser evidentes. El éxito depende de la calidad del titiritero y de la
imaginación del espectador, la suma de ambos elementos produce una sensación
parecida a la magia.
Es en Francia donde descansa el origen del guiñol, pequeña
replica de teatro inventada poco después de la revolución de 1789 por un
dentista de Lyon para divertir a sus pacientes. La pedagógica idea
persiste como mecanismo de entretención, cuyo principal instrumento de recreación cultural descansa en la marionette.
Gusto familiar, catalizador de simbologías, apetecido juguete,
complemento ideal del ingenio, legado creativo de anteriores épocas, objeto
silencioso viviente de distintas voces. Propuesta escénica,
herramienta de ventriloquias, método exfoliante de alter egos. Tradición que
occidente y oriente comparten. Culto a la antigüedad, espectáculo popular.
Representación en teatro guiñol de la obra Punch & Toby, 1860. Mr. Punch es una emblemática marioneta inglesa derivada del payaso italiano Pucchinela. Cortesía y derechos reservados http://bbc.co.uk
Con independencia del escenario que las manifieste, confiero
gran admiración por las marionetas. Artesanas interlocutoras, burlescas fuentes de expresión. Distanciadas de quien las manipula, definen autonomías
sin voluntades propias. Paradoja intencionada de artísticos propósitos. Representantes
de la crítica, interpretes de fabulas infantiles, operas, zarzuelas,
tragedias, comedias o literarios clásicos. Ludicos tributos a la inteligencia. Muñecos accionados especies de un mismo género
teatral. Tres puntos cardinales de mi memoria.
La primera flecha memoriosa atravesó laberinticos pinos procurando incertar su distancia sobre una desaparecida fuente de colección
familiar. Cada cierto tiempo mi madre y mi padre solían aportar alguna
marioneta o títere para coleccionar, así fueron acumulándose alrededor de una
treintena. Recuerdo de viaje, reliquia encontrada, la numeración era variada.
Articuladas en hilos, guantes, varillas o balsos de madera. Poseían individuales caracteres, únicos
rostros, únicos trajes. Conocía las más antiguas, tenía mis preferencias.
Convivieron conmigo durante muchos años, trasteos, y ejercicios de desprendimientos frente al pasado, propiciaron la desaparición de amuletos culturales. Empero, esa antológica selección rehúsa ser
olvidada. Permanece integra y bien recordada su ubicación: parte
central de mediano estante en roble colmado de reliquias. Piezas de un amor
cosechado en familia. Muestrario organizado junto a la muñeca de Yemayá aun con olores a Cuba, encantadora,
de vestido de azulado, fabricados ojos profundos, mítica diosa del mar.
La segunda estampilla conmemorativa nació en
las marionetas de Jaime Manzur. Hermano
de David, el pintor. Administrador y dueño de pequeño teatro. Prodigioso en muchos artes, se consagro como
titiritero, fantástico oficio. Excelente diseñador de diminutos vestidos, marionetas, títeres, y escenografías. Utilizaba fundamentalmente muñecos
manipulados por hilos, en mi criterio dificiles de maniobrar. A sus
obras solía llevarnos mi padre. Marinero, capitán y amigo de imaginarios, conductor del
encuentro. En compañia de mi hermana disfrutábamos la llegada del domingo. Partíamos rumbo
al teatrino cargados de emoción, intrigados jugábamos a predecir matinées. Nos regocijábamos
con literatura nacional e internacional, difícil desprender de la memoria brillantes adaptaciones de Rafael Pomboo de los Hermanos Grimm.
Auditorio de limitadas capacidades, rojo telón oscuro que protegía la sorpresa,
comenzaba el primer acto, ninguna intención de escape, música, introducción,
desarrollo, receso. Ultimo llamado, tercer timbre, cerraban las puertas, acto
final. Lluvia de hurras y aplausos. Chocolatadas golosinas patrocinadas por
los padres para salir del lugar. Próximo domingo: Pinocchio.
Finalmente, apareció la copa mundial de
fútbol en Alemania. Para
octavos de final yo flotaba sobre la belleza de Praga, caminaba divisando tejados
que descendían en calles buscando entender un sueño. A la ciudad arribe tras las huellas
del castillo de Kafka, la revolución de terciopelo y el Teatro Negro. Pensé que
lo último refería a una locación, cuando caminando por el centro histórico caí
de mi equivocación descubriendo una técnica de artificios ópticos, practicada
por varias compañías. Recibí un panfleto para ver Visiones de Alicia,
universalmente Aspects of Alice. La fábula es la transición de la niñez de Alicia a la
adolescencia, el escape del pais de las maravillas. Intrigado accedí a cruzar la entrada del Ta Fantastika Theathre. El
interior de la sala, un oscuro anfiteatro a medio público, arquitectura en reducidas dimensiones. Al emprender la función la habilidad en la técnica comenzó a iluminarse. Fluorescentes figuras manipuladas por negras casi invisibles sombras cobraban
vida, influencias del grandiosoStanislavsky, escenas de lo fastastico y surrealista. Las manos anunciaban
virtuosos recursos, actores de carne y hueso flotaban en la atmosfera, procedimiento
mudo, unicamente permitidas melodías. Más allá de la ligereza en el argumento
experimente un maravilloso espectáculo. Sistema de fosforescentes colores
innovador de destrezas, jamás había visto modelos escenicos de semejantes dimensiones.
Aspects of Alice. Técnica: Teatro Negro
Don Giovanni. Técnica: Marionetas
Desde el Teatro Negro estaba designado
a tocar las puertas de actuaciones cercanas, punto fundamental en mi recorrido
kafkiano. De las propagandas que posaban a
un costado de la taquilla tome una publicidad para ver la opera de Don Giovanni. La noche siguiente resolví
conducirme hacia la discreta via del National Marionette Theathre. Compre mi tiquete con descuento de estudiante, respetable público local e internacional, anciedad anticipada, sold out confirmado en la nulidad de sillas
vacías. Caracterización del barroco mito de Don
Juan Tenorio en dos actos. Escenario colonial ambientado en Sevilla. Adaptación
clásica resumida de una tragicomedia, surgida en los tiempos de Amadeus, libretos del
italiano Da Ponte, composiciones
musicales de Mozart. Coordinación impecable de recitales cantos,
marionetas y operadores. Repertorio de allegros,
minuetos y arias. La trama anunciada en
la residencia del Comendador, quien es asesinado, desemboca en el comedor del
palacio de Giovanni. Concluyentes protagonistas de cuerda y varilla adiestradamente
aterrorizados acuden al final encuentro. La aparición del fantasmal Comendador ratifica la perfección de los titiriteros cargos. Donna Anna silenciosa marioneta enamorada.
Don Juan castigado asesino arrastrado
hacia la muerte. Este es el final, questo
è il fin. Cinco rondas de palmas, inclinación de soberbias gratitudes,
exquisitez congelada del momentum,
continental delirio, despertar del sueño.
He vuelto a las marionetas no dudo lo
debo a las palabras. Conjunto de líneas de reflexión sobre un pensamiento
escondido, recetas de medicina alternativa, artífices recolectoras de prácticas
pasadas, instantes del archivo que lleva mi nombre. Léxico
irrenunciable a la conciencia de mis ojos, mis sueños y mis alas. Navegantes de partículas gigantes, productoras
de bitácoras, directoras verbales de la acción. Disculpas para escribir sobre
el placer de hacer hablar figuras que brotan de mis manos gracias a bondades
producidas entre la luz y la sombra.
El Capitán
Acto de honestidad sin numerar Decimosegunda Bitácora
Dante se llamaba aquel recién acreditado
sociólogo que a un buquebus cruzando
el Río de la Plata fue a parar luego de un largo viaje desde Santiago de Cali
con su mochila al hombro por tierra. Sus padres le habían conversado sobre aquella blancura conquistada en el borde de la prospera tierra uruguaya. Ansioso desde la popa aguardaba contemplando la frontera invisible del agua. Equilibrio en
el rostro. Bienvenidos a Uruguay. Sellaron su pasaporte. Departamento de Colonia.
Terminal-puerto fluvial.
Gotas de sudor caían en su frente y defendían
la angostura de su barba advirtiendo el pesado aire del mediodía, súbito verano de
noviembre. La máscara de humedad se
estampo en su camiseta, miro su reloj para compararlo con el de la estación, estaban sincronizados. Cambio pesos argentinos, compro agua en ligero frasco. Emprendió salir para descubrir como
siempre. Al girar a la izquierda por la calle Intendente Suarez hacia la acera
del frente una muchacha, de morral y blancos audífonos, iluminada entre las
sombras pasaba su reflejo por el espejo de simpática heladería italiana. Dante se
acerco, se detuvo frente a aquellos ojos azules, cabellera color león terminada donde empieza la columna, pregunto la dirección inscrita en la palma de su
mano. Ella se retiro los audífonos, contesto conocer el camino, marchaban hacia
el mismo hostal, recibió del agua con una sonrisa. Continuaron andando
instruyendo conocerse.
Sofía se presento. Fotógrafa de Valparaíso,
trabajaba por entregas para una revista de modas, residente de un costado de Plaza Mena a dos calles de la Sebastiana. Aventurera empedernida su risa la
delataba. Amante de la música argentina y los funiculares. Visitante frecuente
de zoológicos. Venía de paso para practicar sobre diafragmas y
focos. Dante se presento. Antiguo universitario del valle, prominente
interprete de harmónica. Admirador de restaurantes en barcos, asistía como
editor de cuentos infantiles. Reveló haber soñado una noche atravesar larga
parte de la ruta panamericana para conocer países. No preguntaron edades,
jugaron a dialogar sin dejar de mirarse. Se gustaron. Viraron a la izquierda en
la avenida General Flores, marciales intersecciones. Llegaron al hostal,
registraron por aparte sus destinos.
Regresaba Sofía de capturar
arquitecturas cuando se tropezó con Dante en la puerta del albergue fumando
bocanadas de tabaco que llevaba a la frente, en sandalias y bermudas. Tranquilo
contemplaba la independencia de la esfera naranja radiante sumergida a media altura sobre la bandeja de agua. Ella,
confesó cautivarse por la dulzura del paisaje.
Cambio de lente, tomo unas fotos. Atónito, él examinaba el azul vestido de
enfrente, subterráneo como esos ojos. Saco del bolsillo diminuta cámara análoga
de fabricación charrúa introducida artesanalmente en una corta botella de
vidrio que alrededor del corcho tenia escrita en letra cursiva la
palabra encanto. Abrió su mano derecha intencionalmente para entregarla.
Agradecida prometió cargarla consigo a manera de amuleto. Resolvieron ir por
algo de cena. Patio colonial de veraneras columnas, chivitas con vasos de
Pilsen, sillas al libre de afuera. Una pareja de ancianos danzaba cielito de patria. Emprendieron
recorrido, melodías que salían de ventanas precedieron la introducción del
vino. Senderos rústicos en piedra. Descendieron por la calle de los suspiros, la
que en colonias se repite. Bordearon las
murallas, alcanzaron el faro, inevitable guía. Mientras disparaban con la
cámara improvisados retratos compartían la botella. La ciudad blanca embellecía
con el encanto de las farolas encendidas, la brisa murmuraba la
frescura del cuarto menguante.
En el viejo muelle del puerto, a la orilla sin
botes decidieron sentarse. Bebiendo anécdotas repetían coros de improvisadas
canciones. La noche ejecutora maquinal
del deseo aprobó permisos para tocar ajenos labios. Polifónicos susurros
fomentaban la encantadora unidad del lenguaje. Rehenes embriagados de libertad se
entregaron tres veces a un mismo acto. Abrazados a la comunicación universal del
silencio pupilas cargadas de fuego detectaron motores de sigilosas
embarcaciones lejanas. Pasmados de emoción alistaron el retorno ajustando sus
ropas.
Bienvenidos al hostal se
tropezaron con cansados humores propiciados por la soledad de la madrugada.
Dante realizó borrosos esfuerzos para comparar el reloj contiguo a la recepción con el suyo, estaban sincronizados. Se abrazaron deseándose buena suerte, un lento e
incronometrable beso corrió por sus bocas. Ella, tomaría una ducha antes de
partir rumbo a Montevideo, conocería el sur del Brasil por escalas. Él,
permanecería unos días buscando la ruta hacia el parque nacional de Anchorena, prometiendo
visitar Isla Negra a su regreso por las costas del litoral central.
Nítidas fotografías borradas retornaron los recuerdos en la playa de la Barra donde Sofía
embotellada fue a parar, contigua a una discoteca a pocos kilómetros de Punta
del Este.
Consiento presentar individuales
vínculos sobre el artífice de una prodigiosa discografía, tan extensa como
variada. Diversos sonidos permean sus álbumes, acordes sensoriales conjugados
con poderosas letras epicentro de un bellísimo tsunami. No he venido a presentar una biografía. Pensamientos de memoria escondidos. Mr. Bobby Marley ha trascendido como personaje mítico, fotográfico,
prodigioso, documental, sentimental e histórico, que hablo en nombre de sus
creencias. Fabricante de actos de honestidad sin temor a las consecuencias. No
murió asesinado a pesar del intento, ni fruto de suicidio, sino por una
respetable terquedad de jamás renunciar a convicciones particulares. Falleció impidiendo
cualquier tipo de tratamiento médico occidental en su cáncer, destinado a
consagrarse en leyenda. Desafío las nociones de universalidad y fronteras, buscando
constantemente posibles reformas. Me cautiva la potencia espiritual que
despierta suvoz, karaoke irrechazable, invitación a ser partícipe de su obra.
Aquella naturalidad humana que
procurareivindicar retentivas ha despertado mi aspiración por escoger tres
canciones de Robert Nesta Marley (1945 – 1981). Voluntad radical, acto de honestidad estrecho, limitado,
ejecutable y posible. Entendí que me tomaría años cuando un buen día de la
segunda semana en pensarlo depure el objetivo. Condicione la elección a alguna
significación especial que cada tonada me hubiese marcado. El resultado ha
concluido en la siguiente selección desenterrada de mi memoria individual-colectiva.
Simmer
Down
Primer sencillo en ritmo ska. Boom que cronológicamente dio a conocer a
los Waling Wailers, cuyo vocalista Bob Marley más tarde integraría The Wailers. Repaso de la alianza
musical con el largo Peter Tosh y Bunny Wailer. Juntos estilizaban un
trio de imágen artistica elegante, para darse a conocer. Trajes de paño dos
tonos, muy al estilo soul. Producido por Sir. Clemend Dodd Coxsone, este suceso ocupo
por largos meses los rankings en las
estaciones de radio. Participaron en la explosión como músicos invitados
estudiantes de la escuela Alpha Boys School, los aclamados The Skatalites.
El tema data de 1962, para otros 1963, en realidad estalló en 1964. Fechas sin relevancia. Soberbia orden de detención a las pandillas de Rude Boys quienes hastiados por
miserables condiciones humanas convertían los ghettos de Trenchtown en
epicentros de pelea y caos. Se posiciono como éxito para diluir el ambiente que
se expandía por la isla, tóxicos aires
derivados de un clima Ruff & Tuff. Una letra de reclamos llenos de alegrías, llamados
a la calma, advertencias, ironías. Pluralidad de significados al español:
cocinar a fuego lento, ir hasta abajo, calmarse. Cool down or Simmer Down convirtió la lista de
metáforas, en realidad. La furia de las canciones se coloco en primer plano, disminuyeron los arruinadores dancehallcrashers, renovados
Sound System comenzaron a salir de
nuevo a las calles a poner la fiesta. Ánimos entablaron enfriarse,y poco a poco los ritmos de aquella victoria
fueron mutando para convertirse en reggae.
De ello se conservan narraciones orales, historias musicales, imágenes, también
algunos videos.
Simmer down llego a
mis oídos, una larga tarde de skankin, donde entre amistades, parlantes,
tirantes y sombreros, conversábamos en un céntrico bar de la ciudad
al entusiasmo de heladas cervezas. Fue un grato descubrimiento sentir la
voz deMr. Bobbyenbeatde ska. El instante adecuado para
pararse a danzar, dejar las botellas sobre las mesas de roble. Damas y Caballeros
entretenidos circulando un tiempo pasado, adrenalina delatada por sudor en
las frentes, descarado solo de saxo justo en mitad de la pista, estrofas que
se repiten pareciese indefinidamente. Minuto 2.49, coro enardecido de
pies regresando hacia el reposo.Pick it up
again, from the top!
Jamming
La imposibilidad de traducción al
español se presenta como primer elemento de este Jamming. Del álbum grabado durante su Exodus (1977). En la eclipsante Londres. La dualidad de la música
y el músico. Bobby inmigrante. Rita Marley acompañándolo en las voces. Jam, es un hermoso verbo de la lengua inglesa,
representante de definiciones plurales. Sutil Mermelada de axiomas dependientes
del contexto. No puedo dejar de pensar en sesiones de jam con amigos, soltarse a la improvisación, instantes de difícil explicación.
Creo eso lo refleja Jamming. Jamaica.
Técnicamente, presente participio de Jam,
pero desatendiendo la gramática de la palabra, prefiero la propuesta ideológica
que trae la letra. Bob hace una invitación a bailar hasta que nadie quede en
pie. Sonidos sin reglas, sin compromisos mentales. Donde no se ruega, ni se
somete, se respeta. Combate de igual a igual, estrictamente sonoro. Ain’t no rules, ain’t no vow, we can do it
anyhow.
Es mi canción favorita de Bob Marley. Sinduda. La que danza. Mujeres
de acompasadas cadencias bailando caribeños ritmos. Una conexión que permite
disfrutar mientras se entregan los dos cuerpos a las notas, el entendimiento
primordial durante el transcurso del casual encuentro. Pieles que se armonizan,
pareja de sinfonías. Ojos que se miran mientras zapatos predican movimientos. Tick, Tick, Tick, Tick, repetidos
intensionalmente. Quien quiera es libre de cantar, las bocas son libres de besarse,
jamming golpea el aire, imposibilidad de detenerse
hasta encontrar el final.
Satisfy
my Soul
Perfecto titulo para una canción.
1978, decimo álbum de estudio. Kaya.
A mi gusto el más irregular de su discografía. Satisfaces mi alma, repetida
palabra de un capitán de otro barco. Don’t
rock my boat. Es a una única mujer, siente temor al saber que ha pensado
abandonarlo, aunque ella no se ha decido aun, le habla cariñosamente, quiere
cantarle, seducirla, amarla con música, porque le gusta lo que ellos dos
tienen.
Reivindico regalar canciones, he
perdido la cuenta de las veces en que lo he hecho. Algunas de esas tantas poseen especial
significado, en realidad expresaron algo, al hacerlo he entregado una letra, un
poema de relaciones artísticas, recursos de un mismo arte, la utilidad de la harmonía
en el amor, multifuncional idea. Satisfy my soul está en la lista. No
recuerdo bien su nombre, parecido a Lila. Receptora de un sueño. Oyente de una
historia. No pidió explicación o razones, gusto y degusto de tal acto. Caminando
sola se dedico a entenderlo, jamás confeso si llego a conclusiones. Tarde, en
un café en la calle Bellavista de Santiago, separados por la cuenta sonreímos
al recordarlo. Formas de dedicar una canción, pedazos de memoria.
El Capitán
Anexo. La libertad invita a considerar la posibilidad de una escogencia
adicional. Hecho. El video refleja una linda idea de ese Jamaica de otras
tierras, el orgulloso de sus raíces, antecedente conceptual de Welcome to Jamrock. No es una versión original
pero sí composición autoría de Bob Marley,
es un tema remasterizado, de esas reliquias que se encuentran post mortem. En sus secretos cautivan las claves para llegar al lugar donde ella y yo nos podemos
cuidar.