Regreso a la emoción de disfrutar obras representadas a través del teatro guiñol cuando las funciones se roban mis aplausos. Aquel recuadro de proporciones humanas oculta a quienes curiosos prefieren
desdoblarse en personajes que salen de la parte superior del marco a ejecutar
una historia. El secreto es obvio pero los confeccionistas se obligan a evitar ser evidentes. El éxito depende de la calidad del titiritero y de la
imaginación del espectador, la suma de ambos elementos produce una sensación
parecida a la magia.
Es en Francia donde descansa el origen del guiñol, pequeña
replica de teatro inventada poco después de la revolución de 1789 por un
dentista de Lyon para divertir a sus pacientes. La pedagógica idea
persiste como mecanismo de entretención, cuyo principal instrumento de recreación cultural descansa en la marionette.
Gusto familiar, catalizador de simbologías, apetecido juguete,
complemento ideal del ingenio, legado creativo de anteriores épocas, objeto
silencioso viviente de distintas voces. Propuesta escénica,
herramienta de ventriloquias, método exfoliante de alter egos. Tradición que
occidente y oriente comparten. Culto a la antigüedad, espectáculo popular.
Representación en teatro guiñol de la obra Punch & Toby, 1860. Mr. Punch es una emblemática marioneta inglesa derivada del payaso italiano Pucchinela. Cortesía y derechos reservados http://bbc.co.uk |
Con independencia del escenario que las manifieste, confiero
gran admiración por las marionetas. Artesanas interlocutoras, burlescas fuentes de expresión. Distanciadas de quien las manipula, definen autonomías
sin voluntades propias. Paradoja intencionada de artísticos propósitos. Representantes
de la crítica, interpretes de fabulas infantiles, operas, zarzuelas,
tragedias, comedias o literarios clásicos. Ludicos tributos a la inteligencia. Muñecos accionados especies de un mismo género
teatral. Tres puntos cardinales de mi memoria.
La primera flecha memoriosa atravesó laberinticos pinos procurando incertar su distancia sobre una desaparecida fuente de colección
familiar. Cada cierto tiempo mi madre y mi padre solían aportar alguna
marioneta o títere para coleccionar, así fueron acumulándose alrededor de una
treintena. Recuerdo de viaje, reliquia encontrada, la numeración era variada.
Articuladas en hilos, guantes, varillas o balsos de madera. Poseían individuales caracteres, únicos
rostros, únicos trajes. Conocía las más antiguas, tenía mis preferencias.
Convivieron conmigo durante muchos años, trasteos, y ejercicios de desprendimientos frente al pasado, propiciaron la desaparición de amuletos culturales. Empero, esa antológica selección rehúsa ser
olvidada. Permanece integra y bien recordada su ubicación: parte
central de mediano estante en roble colmado de reliquias. Piezas de un amor
cosechado en familia. Muestrario organizado junto a la muñeca de Yemayá aun con olores a Cuba, encantadora,
de vestido de azulado, fabricados ojos profundos, mítica diosa del mar.
La segunda estampilla conmemorativa nació en
las marionetas de Jaime Manzur. Hermano
de David, el pintor. Administrador y dueño de pequeño teatro. Prodigioso en muchos artes, se consagro como
titiritero, fantástico oficio. Excelente diseñador de diminutos vestidos, marionetas, títeres, y escenografías. Utilizaba fundamentalmente muñecos
manipulados por hilos, en mi criterio dificiles de maniobrar. A sus
obras solía llevarnos mi padre. Marinero, capitán y amigo de imaginarios, conductor del
encuentro. En compañia de mi hermana disfrutábamos la llegada del domingo. Partíamos rumbo
al teatrino cargados de emoción, intrigados jugábamos a predecir matinées. Nos regocijábamos
con literatura nacional e internacional, difícil desprender de la memoria brillantes adaptaciones de Rafael Pombo o de los Hermanos Grimm.
Auditorio de limitadas capacidades, rojo telón oscuro que protegía la sorpresa,
comenzaba el primer acto, ninguna intención de escape, música, introducción,
desarrollo, receso. Ultimo llamado, tercer timbre, cerraban las puertas, acto
final. Lluvia de hurras y aplausos. Chocolatadas golosinas patrocinadas por
los padres para salir del lugar. Próximo domingo: Pinocchio.
Finalmente, apareció la copa mundial de
fútbol en Alemania. Para
octavos de final yo flotaba sobre la belleza de Praga, caminaba divisando tejados
que descendían en calles buscando entender un sueño. A la ciudad arribe tras las huellas
del castillo de Kafka, la revolución de terciopelo y el Teatro Negro. Pensé que
lo último refería a una locación, cuando caminando por el centro histórico caí
de mi equivocación descubriendo una técnica de artificios ópticos, practicada
por varias compañías. Recibí un panfleto para ver Visiones de Alicia,
universalmente Aspects of Alice. La fábula es la transición de la niñez de Alicia a la
adolescencia, el escape del pais de las maravillas. Intrigado accedí a cruzar la entrada del Ta Fantastika Theathre. El
interior de la sala, un oscuro anfiteatro a medio público, arquitectura en reducidas dimensiones. Al emprender la función la habilidad en la técnica comenzó a iluminarse. Fluorescentes figuras manipuladas por negras casi invisibles sombras cobraban
vida, influencias del grandioso Stanislavsky, escenas de lo fastastico y surrealista. Las manos anunciaban
virtuosos recursos, actores de carne y hueso flotaban en la atmosfera, procedimiento
mudo, unicamente permitidas melodías. Más allá de la ligereza en el argumento
experimente un maravilloso espectáculo. Sistema de fosforescentes colores
innovador de destrezas, jamás había visto modelos escenicos de semejantes dimensiones.
Aspects of Alice. Técnica: Teatro Negro |
Don Giovanni. Técnica: Marionetas |
Desde el Teatro Negro estaba designado
a tocar las puertas de actuaciones cercanas, punto fundamental en mi recorrido
kafkiano. De las propagandas que posaban a
un costado de la taquilla tome una publicidad para ver la opera de Don Giovanni. La noche siguiente resolví
conducirme hacia la discreta via del National Marionette Theathre. Compre mi tiquete con descuento de estudiante, respetable público local e internacional, anciedad anticipada, sold out confirmado en la nulidad de sillas
vacías. Caracterización del barroco mito de Don
Juan Tenorio en dos actos. Escenario colonial ambientado en Sevilla. Adaptación
clásica resumida de una tragicomedia, surgida en los tiempos de Amadeus, libretos del
italiano Da Ponte, composiciones
musicales de Mozart. Coordinación impecable de recitales cantos,
marionetas y operadores. Repertorio de allegros,
minuetos y arias. La trama anunciada en
la residencia del Comendador, quien es asesinado, desemboca en el comedor del
palacio de Giovanni. Concluyentes protagonistas de cuerda y varilla adiestradamente
aterrorizados acuden al final encuentro. La aparición del fantasmal Comendador ratifica la perfección de los titiriteros cargos. Donna Anna silenciosa marioneta enamorada.
Don Juan castigado asesino arrastrado
hacia la muerte. Este es el final, questo
è il fin. Cinco rondas de palmas, inclinación de soberbias gratitudes,
exquisitez congelada del momentum,
continental delirio, despertar del sueño.
He vuelto a las marionetas no dudo lo
debo a las palabras. Conjunto de líneas de reflexión sobre un pensamiento
escondido, recetas de medicina alternativa, artífices recolectoras de prácticas
pasadas, instantes del archivo que lleva mi nombre. Léxico
irrenunciable a la conciencia de mis ojos, mis sueños y mis alas. Navegantes de partículas gigantes, productoras
de bitácoras, directoras verbales de la acción. Disculpas para escribir sobre
el placer de hacer hablar figuras que brotan de mis manos gracias a bondades
producidas entre la luz y la sombra.
El Capitán
Acto de honestidad sin numerar
Decimosegunda Bitácora
Decimosegunda Bitácora
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