(Sin fechar)
Mensajera ave,
Tengo sentimiento de ti, otro
idioma perfecciona la imagen: saudade. Rompiste mi lenguaje, atravesaste el interior
de lo que considero hermosura. Confusión de mis sentidos, quizás seas el
remedio que ayuda a sanar pulmones, la exactitud me abandona, puedo respirar
tranquilos aires, supiste desatar canciones. Mojados de sensaciones
corrimos hacia los Robles para refugiarnos de la ciudad agobiante.
Mágicos segundos recordaran tu
nombre. Conquistamos los días cocinando exquisitos sabores, recostados en la
grama examinamos la inmensidad para darle forma a las nubes. Sedientos
festejamos la vendimia brindando por el año en que salieron de barrica las
botellas.
Frente a abrumadores paisajes aguardamos el instante
que apareció súbitamente. Rompimos protocolos, la desnudez lo sospechaba. Qué
bien te sienta la noche iluminada por el fuego. La conexión se hizo inminente a partir del momento en que silenciamos el
ruido natural de los grillos y las gaviotas. Los perros dejaron de ladrar, los
arboles pararon de mover sus hojas, tu y yo jugando con la quietud. Embriagados
de placeres alcanzamos la grata fantasía para inspirar sonrisas. Musa de rojos encantos, musa de mi alma, solo satisfacciones dejaste.
Condenados por la furia de las aguilas debemos embarcar hacia distintas latitudes. Es mi necesidad confesarte sobre augurios de
encantadores futuros.
Sabremos cuidarnos a la distancia, me eximo de asegurar un próximo encuentro. Si la vida es generosa o los deseos se cumplen, iremos a bailar hasta el muelle
musical a cielo abierto para devolvernos los besos que nos prestamos en esta
isla donde descansan las olas.
El Capitán
P.D: Hay un presente en la primera gaveta del armario. Eres libre de dejarlo o llevartelo hoy contigo.
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