martes, 25 de junio de 2013

Pisando recitales de Skatalites en cuenta regresiva

Aprobando los recursos, las siguientes consideraciones tocan música de fondo.


Es para mí reconfortante degustar los sonidos de Skatalites. Quizás, por la frecuencia con que sus canciones se escuchan en mis jornadas, emociono ante cualquier posibilidad de verlos en vivo. He tenido la sensación de concretar este deseo al compartir tres de sus recitales, sucesos puntuales que escribo para no olvidar.

Nuestro primer encuentro fue en la celebración de los diez años del festival Rock al Parque 2004. Clausurando ese domingo de octubre el escenario lago del parque Simón Bolívar. Verdadera cancha de barro repleta de caras que aguardaban el destino de una noticia anticipada. Después de aguantar una larga fila, logré pisar esa cancha mientras los Auténticos Decadentes sonaban. Faltaban horas para verlos, mi estado fue de ansiedad constante. Me uní al frenético pogo que se formaba en un círculo del centro, terapia ideal de grupo, perfecta para relajarme. Llego la caída de la tarde con los Coffe Makers, quienes literalmente encendieron las luces en la suavidad del rocksteady. Vinieron otras propuestas, la música se hizo noche, Bogotá fría con el cielo despejado en el parque. Presintiendo el despertar de un sueño, la espera rompió en la voz del fallecido contrabajista Lyod Brevvet anunciando la cuenta regresiva en inglés. ¡Boom! Una explosión de autentico ska despegó como un cohete folclorico. Material instrumental reivindicando un ritmo, memoria de identidad cultural individual-colectiva. Bailaba en la rapidez que impedía detenerse a interpretar lo que estaba sucediendo. Contemplando la totalidad de almas que desprendían la energía del disfrute, concluyó revelada la simpleza de un truco: ska is a serious thing. Y en la ejecución circular del paraiso terrenal dantesco, la cuenta regresiva repetía para el cierre...Zero.

Tan solo dos años pasaron para sentir la fortuna de encontrarlos de nuevo.  Esta vez, fue en un café de Paris, muy cerca a la capilla del Sacre Coeur.  Gustando Desperados en la barra ojeaba el magazine de circulación gratuita con la lista de eventos musicales del mes de junio. En una de sus páginas se anunciaba Skatalites, fecha única el doce, Cabaret Sauvage. Desprendí la hoja para cargarla en mi bolsillo, debía retener las coordenadas de aquel acertado nombre. Un recinto pequeño en forma interior de circo, ideal para recitales, perfecto para una propuesta de ska más instrumental que de voces. En la cómodidad de aquella intimidad que ofrece la música en microscópicos locales, la cuenta regresiva la dio el teclista en francés. Placentero sentimiento al  suceder aquel momentum de ska jamaicano musicalmente salvaje. Los representantes del Alpha Boy School tocaron desahogadamente alargando las últimas notas, acertados solos de saxos, trombón y trompeta. Jam en medio de algunos temas y en el principio de Confucious la  voz del saxo alto Lester “Ska” Sterlling tomó el micrófono: Well, let me tell you something… I’m fall in love with you Paris. Aquel gesto desprendió la euforia en júbilo rojo, descarga de sonidos de libertad aumentaron el baile, la guitarra rasgando cuerdas, tempo in crescendo, la batería proponiendo el beat, los pies moviendo sus raíces para desprenderse del suelo. Merci beaucoup entre la llamarada de aplausos. À bientôt Paris.

Cabaret Sauvage. Lundi 12 Juin. 2006. Photo: El Capitán
Cinco años después de pisar por primera vez sus recitales, mi historia de vida repetia un rencuentro en la ciudad de Bogotá. Fue, en el Teatro Metropol, un concierto entre amigos. Terminado el warm up el aviso apareció en el escenario introducido por la nueva integrante cubana en los teclados, quien procedió al conteo: diez, nueve, ocho…cero. Una inmensa bola de fuego condujo el repertorio repasando sus 35 años de carrera. El aire sucumbió al carnaval. Artistas felices tocaron con sentimiento. Interpretando a Don Drummond pasaron por Man in the Street, también sonó un medley. Supremo valor en las secciones de viento, usaron efectos digitales para reducir los tiempos del dub. Turno de Ska fort rock, un auditorio que coreaba al unisono. Pausas para tomar un aire, todos en el teatro querían seguir bailando. Los instrumentos no pararon, la entrega del público tampoco. Subitamente, Doreen Shaffer apareció en escena con la nostalgia de un romántico repertorio  vocal sellado en la reflexión de You wondering now. Articulada concentración de imágenesEl viaje a la utopía de Skafrica regreso al punto de partida desde la estación inicial, Freedoom Sounds.



El Capitán 

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