lunes, 4 de febrero de 2013

El último tango en París. Primera Parte


Ella, estudiante de literatura. Parisina. De la Sorbonne. De la Bastille. Distante de Truffaut admiraba a Jen-Luc Godard. Él, extranjero. Lobo hombre en París en un verano de oportunidades.  Soñaba con visitar la  tumba de Édith Piaf. Los restos de Jim Morrison. Procesar el cuadernillo de eventos del Centre Pompidou. Sumergirse en empinadas calles que posan detrás de la Basilique en el corazón de Montmatre. Se conocieron cambiando de destino. Atravesaron juntos por el Canal de la Mancha. Corto recorrido de París a Londres. Fue instantáneo. Extraña coincidencia compartir con ella asiento. No hubo oportunidad para el juego de miradas. Valentía, voluntad. Ofrecer pequeño Kínder. Negarse a recibirlo. Comenzaron a charlar. Hablaron en inglés. Colmados de desconcierto emprendieron conocerse. Él, leía en español Las palabras de Sartre soñando con habitar en el sexto piso de un apartamento del premier arrondissement con vista hacia otros tejados.   Ella, se deleitaba con Baudelaire descifrando sus fleurs du mal. Fumadora empedernida. Confesó regocijarse hurgando en la prosa de Poe. Se gustaron. Fin del recorrido. Descenso en enorme estación de Waterloo tan grande como su batalla. No hubo tiempo para un beso. Intercambiaron paupérrimos correos. Direcciones electrónicas que flotan en el aire. Nunca se vieron en Londres. Él, sucumbió ante las novelas de Dickens y Stevenson. Los versos de T. S. Eliot, de William Blake. Se acostumbro al Pymm’s. Exótica bebida reductora de calores. Armado de vocabulario se entrego a la belleza de los adverbios. Aquellos que en su conjunto describen paisajes o mujeres absolutely stunning. Escribía los sábados, recostado en los verdes robles de Holland o de St. James Park. Frecuentaba la National Gallery anonadado en la perspectiva de la pintura holandesa. De Jan van Eyck. De Vermeer. Ella, se enamoró. Conoció a un artista de dreadlocks y se fue a vivir con él.  Confección del Fuck Forever de Babyshambles. Se instalaron detrás de una puerta en la calle Columbia Road. Al borde de un almacén de antiguos sombreros. Asistía a clases de yoga. Se deleitaba con Quincey y Virginia Woolf. Gustaba del capuchino de Foyles. Adicta a los Gin-n-Tonic. Opinaba sobre la oposición entre Yeats y Patrick Kavanagh. Leía en francés para recordar a su Francia. Comprobante de las lunas de Shoreditch. Amante de los geranios que llegaban al mercado los domingos. La facilidad en intercambios estudiantiles europeos.

8 comentarios:

  1. buena flakito, pura poesia..., se me vienen los recueros de tus relatos en la salle, salu2s bro.
    f0xz

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    1. Gracias estimado Fox. Espero seguir mejorando. Gran abrazo

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  2. Bueno amigo llego por casualidad y aunque sè que a la gente le gustan las criticas positivas les sirven mas las honestas. Primero el cuento me parece pretencioso, la escritura en general y en especial el cuento deberia ser universal, lograr conmover o tocar a los humanos por su condiciòn, pero ud se limita a enumerar obras y lugares sin decirnos nada de ellos. Nos presenta a dos personajes que no llegamos a conocer en nada y me deja con la sensaciòn de que me querìa demostrar que conoce Paris y a su cultura hipster "bohemia" pero se aproxima como un necio espectador mas no como un participante activo de la urbe. Le celebro sin embargo su repertorio, parece conocer varias obras y buenos artistas. Seguro podrà entenderlos y decirnos con su estilo propio y la instrucciòn de ellos algo constructivo y conmovedor de lo que realmente es importante en su vida en esa ciudad. (No se mate porque sea trendy, con que sea honesta es mas que suficiente)Saludos y èxito

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    1. Gracias. Muy pertinente comentario. Siempre habrán imperfectos. No hay pretensión de universalidad, gran interpretación como lector. Es una idea. Si. Honesta e inacabada. Saludos

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  3. Excelente manera de hacernos viajar, no sólo a través de las imagenes que evoca cada lugar, sino a traves de las obras mencionadas. No hay nada mas universal que un buen autor y los que menciona y no conozco, es una invitación a conocerlos. Gracias por no hacer una retahíla de explicaciones, el texto sería realmente pretencioso y aburrido si intentara decirnos algo de cada obra que "enumera". Eso se lo dejamos a los académicos. Buen estilo y original. Ya quisiéramos tener la oportunidad de escribir con ese toque poético. Edificante. Gracias por compartirlo

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  4. Mil gracias. La idea es que los lectores y lectoras disfruten tanto como yo, las letras de las que voy dejando rastro. Vendran más publicaciones. Saludos.

    El Capitán

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  5. Manera muy especial de relatar como son las relaciones interpersonales en la actualidad.
    Felicitaciones y muchos saludos.

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    1. Muchas gracias Mirta. Ese comentario me alegra el alma. Saludos

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